sábado, 15 de septiembre de 2012

Gigante

Como ayer escribí tan tarde por culpa de esta película, os voy a pedir perdón con un post dedicado a ella. Como os dije, es tan larga que al final ya estaba deseando que terminara, sobre todo para poder meterme en cama y escribir la entrada que os había prometido. No os voy  a mentir: la película se hace un poco pesada, aunque quizá en mí influyó que empecé a verla a las diez de la noche y que tenía bastante sueño. Aun así, merece la pena verla por varias razones.

Creo que Gigante (Giant) no necesita presentación, porque es uno de esos clásicos del cine, en este caso de la década de los 50, nada menos. Está dirigida por George Stevens, y protagonizada por tres mitos como Rock Hudson, Liz Taylor y James Dean. Solo por eso vale la pena verla, porque tiene el aura de las películas de esa época, algo que las hace todavía más especiales y atrayentes.





Pero también funciona como retrato de una sociedad no igualitaria y que se queda anticuada ante los nuevos avances que poco a poco van surgiendo. Los protagonistas son una rica familia de grandes propietarios, en la que priman los valores más tradicionales de Texas. A esta familia se unirá el personaje de Liz Taylor, Leslie, al casarse con Jordan, el heredero que ahora posee la finca. Pero ella no es texana, y le costará mucho adaptarse al carácter más frío y autoritario que tienen los lugareños, y en especial al de su marido, acostumbrado a creer que es superior a los demás por pertenecer a una familia acaudalada. Leslie es todo lo contrario, y se muestra amable con el servicio y no tiene los prejuicios que tienen los demás.

Con prejuicios me refiero a la marginación que sufren los mexicanos, y que vemos claramente en varios momentos de la película. Los mexicanos no eran atendidos por los médicos que se ocupaban de los texanos, y sufren marginación a distintos niveles. Al principio el propio Jordan pensaba que esto era normal, hasta que se ve obligado por las circunstancias a cambiar de parecer. Y es que esa es una de las lecciones de la película: la evolución del pensamiento de los personajes, causada por la propia vida.

El personaje encarnado por James Dean, Jett, sirve para representar varios temas, dependiendo de la parte de la película que estemos viendo. Primero, aparece como un empleado rebelde y que se ve obligado a trabajar, a disgusto, para la familia Benedict; más tarde, un golpe de suerte al encontrar petróleo lo lleva al éxito, al triunfo y, claro, al pelotazo económico. Pero cuando creemos que su victoria sobre los Benedict es total (y digo victoria porque se establece una especie de competencia entre ellos), aparece como un alcohólico que siente que su vida ha fracasado, sobre todo al no haber podido obtener el amor de Leslie, a la que le hubiera gustado conquistar en su juventud. Este personaje funciona como moraleja de que no todo en la vida es el dinero, algo que finalmente comprende Jordan.

Y es que el matrimonio de Jordan y Leslie pasa por distintos altibajos, especialmente provocados por las diferencias entre ambos y por el comportamiento de Jordan, que se aferra demasiado a sus tradiciones y, en un principio, no piensa ceder en nada ante su esposa. Solamente su final adaptación a la vida en pareja consigue salvar un matrimonio que luego se vuelve más feliz que nunca.

El personaje del hijo de Jordan y Leslie actúa de bisagra entre los mundos de sus progenitores. Es un precursor, porque escapa a su destino, el de heredero, para el que su padre pretendía prepararlo; sin embargo, acaba decantándose por la medicina, herencia de su madre, y casándose con una mexicana, lo que hace que se integren el mundo texano y el mexicano en una misma familia. Su función es la de hacer evolucionar a su tradicional familia y la de romper con todo lo que el destino le tenía reservado de antemano.

Las hijas representan la rebeldía, sobre todo la pequeña. También ellas son el reflejo de la evolución familiar, y del cambio del papel de la mujer, que debía ser pasiva y modosita, iniciado ya por su madre, de fuerte carácter y convicciones distintas a las que se podrían esperar de una mujer en esa época.

No penséis que esta es una película tediosa ni demasiado costumbrista, ya que tiene momentos muy entretenidos, otros muy cómicos y algunos trágicos también. Sí, es larga y hay que estar dispuesto a estar un tiempo pegado a la pantalla, pero es una cinta que nos enseña una parte muy interesante de la Historia de los Estados Unidos y de su sociedad.

Como veis, hay muchos roles en la película, y cada uno nos muestra una parte de la sociedad tan cerrada que existía en ese momento y en ese lugar. Y aunque desafortunadamente hay cosas que no se puede negar que persisten en cierta manera, sí que ha habido notables cambios desde entonces hasta hoy. Pero para eso están las historias como esta, para hacernos pensar y recapacitar sobre el pasado, y darnos la clave para seguir evolucionando día a día. Espero que os haya gustado la entrada y que me perdonéis que publique tan tarde. ¡Ah! Por si os lo preguntabais... sí, todavía sigo esperando el cargador. Pero no os preocupéis, porque os leo igual y seguiré escribiendo, desde donde sea. Nos leemos.

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