sábado, 9 de febrero de 2013

La resistencia

Hola a todos de nuevo. Espero compensar la tardanza haciendo una entrada interesante, ya que por ciertos asuntos personales no he podido actualizar antes.

Hoy os voy a hablar de un libro que he terminado de leer esta misma tarde. En este caso se trata de un ensayo de Ernesto Sabato, titulado La resistencia. Aunque sé que la palabra ensayo a algunos os echa para atrás, tengo que decir que es un libro muy sencillo de leer, ya que está muy bien estructurado, y además trata sobre temas de interés general, que sin duda nos importan a todos. También cuenta con el aliciente de ser una obra que, a pesar de haber sido publicada en el año 2000, está de plena actualidad, ya que tiene una gran correspondencia con la situación que está atravesando España a nivel económico, político y social.

El libro aparece organizado en seis partes, estando estas formadas por cinco cartas y un epílogo. En ellas, el autor va desarrollando una compleja y pesimista visión del presente y del futuro, alrededor de varias cuestiones como la globalización, la deshumanización, la religiosidad, etc. Es curioso que algunas de las ideas que expone Sabato se han hecho más visibles todavía con el paso de los años, y sin duda nos hace ver cómo el progreso y la evolución que nos venden muchas veces no son tal, tendiendo incluso a ser todo lo contrario.

Debemos tener en cuenta que cuando Ernesto Sabato escribe La resistencia tiene unos noventa años y se siente próximo a la muerte, aunque finalmente fallecería en 2011, once años después de la publicación del libro. Sin embargo, su circunstancia personal es muy importante, ya que se deja sentir a lo largo de todo su discurso, e incluso el propio escritor hace hincapié en varias ocasiones en la proximidad de su muerte.

Pero si algo es constante a lo largo del libro, además de la idea que acabamos de exponer, es el espíritu crítico del autor, que se muestra reacio a distintas realidades.  Por ejemplo, se critica la visión del hombre como una máquina de producir, algo que reduce al mínimo la calidad de vida y que conlleva consecuencias como el penoso trato que se les da a las personas mayores, precisamente por no formar parte de la cadena de producción. Otro de los temas con los que Sabato se muestra muy duro es la globalización, que considera negativa en varios sentidos: provoca la pérdida de identidad de cada pueblo y la consiguiente homogeneización cultural a nivel global, genera grandes desigualdades entre la población, afecta al medioambiente, etc. Las críticas no terminan aquí, ya que también se habla de la deshumanización a través sobre todo de la televisión, que acarrea un individualismo que termina por ocasionar cambios en la forma de relacionarse con otras personas, ya que estos momentos de contacto entre unos y otros se vuelven incómodos y se llegan a evitar en la medida de lo posible. También se habla de la pérdida de la espiritualidad, que se tambalea a pasos agigantados, sobre todo en los países occidentales, y del miedo a la libertad.

Las circunstancias hacen que me centre ahora en una parte del libro que está muy acorde con el difícil momento político que atraviesa España. Me refiero al pasaje en el que se habla de la democracia, sistema que es defendido con uñas y dientes por el autor, pero siempre que se trate de una democracia con alta participación ciudadana. De lo contrario, se habla del riesgo de caer en la corrupción, a la que se presenta como la gran enfermedad del sistema democrático. La pérdida de valores como la honradez es criticada por Sabato, que se muestra totalmente contrario a los poderes corruptos. Como veis, el libro demuestra su vigencia una vez más, en una semana en la que el tema de la corrupción ha estado más presente que nunca tanto en los medios de comunicación como en la calle.

Espero haber logrado convenceros de que estamos ante una obra enorme e imprescindible, y de que un ensayo no tiene que ser aburrido a la fuerza, ya que como podréis apreciar los temas sobre los que trata La resistencia son actuales e interesantes. Por eso, os recomiendo que, más pronto que tarde, os hagáis con un ejemplar de este fantástico libro y os dejéis llevar por las opiniones de su autor y por su prosa rápida y clara.  Por último, quiero dar las gracias a la persona que me recomendó y dejó el libro, debo decir que tienes un gran criterio para la literatura y para las mujeres ;-).

A los demás, deciros que espero que sigáis mi recomendación y que intentaré actualizar más a menudo esta semana. Nos leemos.

2 comentarios:

  1. Hola Kenia. ¿Qué opinas en la insistencia de Sabato en la pérdida de espiritualidad? Te lo comento porque si bien en el resto creo que tiene razón en todo yo considero que ahí patina un poco. Como intuyo que además no eres una mujer religiosa creo que estaría bien compartir puntos de vista sobre este aspecto. Como te digo yo no considero que la caída de la espiritualidad sea peligrosa para la sociedad. En fin, besos y me encanta tu blog, te sigo siempre esperando que haya alguna nueva entrada.

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    1. Hola, Luci, gracias por leerme y por tus elogios. Es cierto que he pasado de puntillas por ese tema, por varios motivos. Primero porque no me gusta extenderme demasiado en los comentarios, ya que a veces me da la sensación de que cuento demasiadas cosas que quizás debería callarme, porque puedo estropear la lectura del libro. Como ves, tampoco es un comentario dando la razón o refutando lo dicho por el autor, creo que eso es cosa del que lee el libro, y un diálogo a dos bandas entre escritor y lector en el que yo no tengo cabida.

      En cuanto a lo que afirmas sobre la religiosidad, creo que llevas razón. Como tú misma has dicho no soy una persona religiosa (no sé cómo lo has notado, pero has acertado), pero el autor habla de la religión como algo a lo que agarrarse en contraposición a la deshumanización de la que habla. En ese sentido tiene razón, quizá la espiritualidad haga a las personas menos autómatas. Ahora, no creo que esta pérdida de la religiosidad sea peligrosa, ya que hay muchos elementos que nos alejan del automatismo sin ser precisamente la religión, además de que considero que religiosidad y espiritualidad no son sinónimos.

      Espero haber contestado a tu pregunta. Un saludo y de nuevo te doy las gracias por seguirme.

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