lunes, 1 de abril de 2013

El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook)

Hola a todos, espero que os hayáis hinchado a comer torrijas y hayáis aprovechado estos días para descansar, si habéis podido hacerlo. Yo, además de para todo lo anterior, he utilizado estas vacaciones para  ver algunas películas que me habían recomendado y que normalmente dejo de lado por hacer cosas relacionadas con los estudios.

Con esta película se ha dado una situación especial, ya que si bien hay gente que me la ha recomendado también otras personas me comentaron en su día que era poco menos que un bodrio. Así que como os podréis imaginar tenía mis reservas hacia la cinta. De hecho, era otra la película que había escogido para ver, pero como sé a ciencia cierta que la otra película es bastante dura y no tenía demasiadas ganas de pasarlo mal me vino a la cabeza El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook) y decidí verla.

Todos conoceréis el reparto de la película, porque lo hemos visto mucho en la temporada de premios. Lo encabezan Bradley Cooper y Jennifer Lawrence, acompañados por Robert de Niro y Jackie Weaver, y los cuatro están soberbios dirigidos por David O. Russell.

La película nos presenta a Pat, el protagonista, volviendo a casa de sus padres tras pasar una temporada en un hospital psiquiátrico, después de haber sido ingresado al agredir al amante de Nikki, su esposa. El joven afronta esta nueva etapa con optimismo y esperando recuperar a su mujer, de quien sigue enamorado a pesar de la infidelidad de esta. Sin embargo, nadie quiere hacerle contactar con Nikki (que se fue de la casa conyugal y obtuvo una orden de alejamiento), hasta que conoce a la cuñada de uno de sus mejores amigos, una joven viuda que también pasa por un momento complicado. Ella, llamada Tiffany, le propondrá un intercambio de favores: ella entregará una carta a Nikki si él accede a ser su pareja en una competición de baile. Mientras todo esto ocurre, Pat sigue en pleno proceso de recuperación, intentando contenerse en muchos momentos y abogando por no utilizar medicación. Creo que contar algo más que esto sería estropearos la película, así que voy a dejar el resumen ahí.

La historia está bien planteada, con una gran presentación de los personajes, destacando sobre todo la de Pat, al que en unos minutos conocemos en su totalidad. Que el protagonista esté tan bien trabajado nos permite acercarnos a su complejo mundo interior, en el que a veces se sigue librando una lucha entre la contención y el temperamento que podría llevarle a cometer errores que le devolverían a la situación inicial. En ese sentido tenemos que destacar el trabajo de Bradley Cooper, que es capaz de convencer en un papel difícil y lleno de matices. Sin embargo, su esfuerzo parece haber quedado eclipsado por el enorme talento derrochado por Jennifer Lawrence, que está espectacular como Tiffany. Tiene algo como actriz que no podría explicar qué es, pero está ahí: tiene una expresión gestual apabullante, incluso en la mirada; es creíble con solo sacar tales armas. Ya quisieran muchos actores maduritos tener la capacidad interpretativa que ella tiene con 22 años. Sin embargo, es injusto que se le haya dado tan poco reconocimiento a Cooper, que sostiene la película en gran medida sobre sus hombros. No podemos excluir a los secundarios de lujo, entre los que destacan un Robert de Niro que, sin necesitar demasiado esfuerzo, consigue hacernos dudar de si está más loco el padre o el hijo, a pesar de que este haya salido de un manicomio.

A pesar de todo lo anterior, sí que he notado ciertas cosas mejorables en la película, empezando por la evolución de la misma. La historia empieza en un punto álgido, que capta la atención del espectador y le anima a meterse en la trama; a medida que esta avanza, va perdiendo fuelle. La cinta, que en un principio nos lleva a una interesante introspección del protagonista va derivando en una comedia romántica con final resultón, pero fácil. Es predecible, no hay lugar para la sorpresa conforme van avanzando los minutos. Esto sumado a algunas ñoñerías como mencionar y mostrar unos cuantos productos con manzanita y a un cierto tufillo indie aderezado de unas cuantas gotas de patriotismo yanqui hace que el resultado final sea algo menos positivo de lo que podría haber sido. Sin embargo, creo que es una buena película, entretenida y que se deja ver. En general, me ha gustado y no me ha dejado indiferente, cosa que para una película ya es bastante teniendo en cuenta los bodrios que hay por ahí. Así que si todavía no la habéis visto y queréis pasar un buen rato sin pretender ver una obra maestra del cine, esta puede ser vuestra película. Si buscáis algo extraordinario en ella quizá os llevéis un chasco, pero si la veis sin pretensiones puede gustaros y cumplir su función.

En fin, aquí se acaba este post, no sin antes daros las gracias por esas más de 20.000 visitas que ha recibido  el blog. Es una suerte que haya alguien al otro lado de la pantalla, de verdad. Si hay algo que motive a escribir es saber que hay alguien esperando a leer. Gracias, de corazón. Nos leemos.

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