viernes, 30 de agosto de 2013

Arte

Hola a todos, ¿qué tal lleváis este final de mes? Espero que muy bien, y que quienes acabéis las vacaciones os adaptéis bien y rápido a la rutina, que al final también tiene su encanto. Antes de nada, tengo que volver a daros las gracias, esta vez por la espectacular acogida de la entrada dedicada a Behind the candelabra, gracias a las novedades que han surgido en los últimos días con respecto a la película. Es una satisfacción ver hasta dónde puede llegar una entrada que en un principio no estaba destinada a destacar dentro del blog y que sin embargo me ha dado muchas alegrías. ¡Gracias a todos! 

Hoy os voy a hablar de uno de los dos libros que os dije ayer en Twitter que tenía sobre la mesa. En este caso, he decidido variar un poco y leer algo de teatro, ya que de vez en cuando me gusta leer este género. Hace ya un tiempo que me prestaron este libro, pero tenía la esperanza de ver la obra representada antes de leerlo; como he visto que las posibilidades eran escasas, he decidido leerlo y no puedo estar más contenta. 

Arte es una obra de teatro que ha funcionado muy bien en todo el mundo y que ha recibido numerosos premios. En España se ha representado en varias ocasiones con notable éxito, y en la edición que yo he leído, publicada por Anagrama, ha participado Josep Maria Flotats, prestigioso director y actor de teatro al que tuve el privilegio de ver en la obra Beaumarchais, en diciembre de 2010 en el Teatro Español (Madrid). 

Supongo que si digo que Arte es una obra de teatro en la que además solamente participan tres personajes algunos saldrán corriendo. Y, sin embargo, es una historia estupenda que divierte, entretiene y además plantea un dilema muy interesante: ¿Juzgamos a los demás por lo que piensan y por sus gustos o por lo que realmente son? 

Esta reflexión nos la propone la autora de la obra, Yasmina Reza, a través de un curioso planteamiento. Sergio, apasionado del arte contemporáneo, decide comprarse un cuadro por el que ha pagado una cantidad muy alta de dinero, cuando tampoco goza de una situación económica excesivamente boyante. Cuando se lo dice a su amigo Marcos este se queda asombrado ante el comportamiento de Sergio, y se niega a creer que su amigo haya sido capaz de gastar semejante suma de dinero por un cuadro que él considera "una mierda". Entre ambas posturas extremas está Iván, un amigo común que intenta apaciguar los ánimos de ambos. A partir de esta situación, Sergio y Marcos se enzarzarán en una pelea que no les llevará a ningún sitio y en la que el propio Iván se verá involucrado a pesar de su inicial postura neutra. 

La interpretación de la obra en base al dilema al que he hecho alusión hace que, mientras leemos, nos vayamos posicionando con uno de los personajes, aunque todo va cambiando según avanza la obra. Y es que se establece un paralelismo con la realidad, con nuestra propia vida y nuestras experiencias: ¿queremos a los demás en función de lo que se parecen a nosotros en sus gustos, aficiones y pensamientos? ¿Ocultamos cosas que nos encantan para que los demás nos acepten tal y como aparentamos ser? Las respuestas deberéis encontrarlas en vuestro interior, pero yo creo que son afirmativas. Y es que muchas veces tenemos miedo al qué dirán, y nos cohibimos para no quedar mal ante quienes nos aprecian, cuando precisamente estas personas deberían aceptarnos tal y como somos. 

La obra es ágil y muy divertida, y se lee en muy poco tiempo ya que, además de no ser muy larga, es muy entretenida. La situación principal y todo lo que desencadena es hilarante y hasta absurdo, provocando en varias ocasiones la risa del lector. Es por todo esto por lo que me parece un libro perfecto para leer en un rato libre en el que estéis aburridos, porque además crea una atmósfera muy relajante debido precisamente a la comicidad de la obra. 

Círculo Negro, de Kazimir Malevich
En fin, no me queda mucho más que contaros sobre este libro,
así que voy a terminar con una anécdota relacionada con el argumento de Arte. Recuerdo que en segundo de carrera el profesor de Arte Contemporáneo (que por cierto, es estupendo) nos enseñó algunas obras de Kazimir Malevich, el padre del suprematismo, que como muchos sabréis es un movimiento basado en figuras geométricas básicas como el círculo y el cuadrado. Al verlo, casi todos los alumnos nos quedamos con cara de que el profesor nos estaba estafando al enseñarnos algo que aparentemente podría hacer cualquiera, en contra de cuadros figurativos estupendos que habíamos estudiado anteriormente y que no dejaban ninguna duda sobre el talento de su autor. Pronto se inició un debate sobre si aquello era o no arte, y sobre el valor de las obras de Malevich. Sin embargo, muchos fueron cambiando de parecer conforme iban viendo las obras y se nos daban las explicaciones oportunas sobre ellas. Y es que a medida que contemplabas el cuadro en cuestión ibas entendiendo la idea del pintor, y valorándola como seguramente se merecía, es decir, positivamente. Así que creo que todos somos un poco Marcos y un poco Sergio; podría decirse que todos terminamos siendo un Iván, el personaje ligado al término medio, a pesar de que, como todos nosotros, Iván terminará posicionándose al final de la obra. 

Espero que la entrada os haya gustado tanto como a mí me ha gustado Arte, y que le echéis un vistazo, porque lo merece. Y si ya tenéis la suerte de poder verla representada, ni lo dudéis, porque estoy segura de que vale muchísimo la pena. Yo estaré atenta y, si se me presenta la oportunidad, iré a verla (y por supuesto, os mantendré informados al respecto). Hasta pronto. 


*Imagen extraída de http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/0/0e/Black_circle.jpg/200px-Black_circle.jpg.

2 comentarios:

  1. En cuanto tenga tiempo le echaré un vistazo. Por cierto, terminé 1Q84 al completo. Tengo que agradecerte el hecho de que gracias a tí topé con ese libro.

    Un saludo filosófico.

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    1. Qué honor :) Si te ha gustado 1Q84 puedes probar con Kafka en la Orilla, también de Murakami, que está genial, creo que no le he dedicado una entrada porque me parece que lo leí antes de abrir el blog, pero es de mis favoritos de Murakami (y eso es mucho decir). Saludos.

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