lunes, 17 de marzo de 2014

Sin destino

Hola a todos. Como últimamente esto parecía más "De cine y otros vicios", hoy os voy a hablar de un libro. Reconozco que, muy a mi pesar, las entradas sobre películas suelen tener más éxito que las que escribo sobre libros, especialmente si la película está en cartelera o ha tenido premios y nominaciones recientes, como ha pasado con cuatro de los últimos post (La vida de Adèle12 años de esclavitudDallas Buyers Club y El lobo de Wall Street); sin embargo, no quiero que el blog pierda su esencia original, así que hoy me voy a dejar de tanto cine y a cambio os traigo un libro precioso, que estoy segura os va a dejar una profunda huella una vez lo hayáis leído. 

Estoy hablando de un libro titulado Sin destino, escrito por el húngaro Imre Kertész. Probablemente de entrada este escritor no os suene de nada, o solamente lo conozcáis de oídas, pero en 2002 recibió el Premio Nobel de Literatura por su obra, que está profundamente marcada por sus vivencias personales: Kertész pasaría un año en dos campos de concentración, Auschwitz y Buchenwald, en los que vivió todos los horrores que allí ocurrían. 

Imaginaos por un momento a un chico de quince años que se tiene que enfrentar a todas esas desgracias, unidas a saber que su padre también está en un campo de concentración (y no saber si está vivo o muerto). Pues eso es lo que nos encontramos en Sin destino: la historia de un adolescente que, en un solo año, se vuelve viejo, según él mismo relata en un momento de la novela. 

Alrededor de los campos de concentración nazis siempre se ha generado mucha literatura y muchas películas, basadas con mayor o menor fortuna en la realidad, pero nunca habrá mayor verdad que la que nos puede contar alguien que los vivió en sus propias carnes (salvo que mienta deliberadamente, claro está). No os puedo decir en qué medida lo que se relata en Sin destino es autobiográfico, pero sí que las fechas en las que el escritor y el personaje están en los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald coinciden, así como coinciden sus edades al entrar y al salir, y, por tanto, el tiempo que pasan en dichos lugares. Por ello, imagino que la realidad estará muy presente en el relato, y de hecho es obvio que muchas de las cosas que aparecen son reales por el conocimiento que vamos teniendo de lo que se hacía en los campos de concentración nazis. 

Evidentemente, la historia de Sin destino es muy dura, habiendo momentos especialmente difíciles de digerir, sobre todo sabiendo que las atrocidades que se narran sucedieron en la realidad. Sin embargo, el protagonista nos hace ver que de todo se puede sacar algo positivo, algo esperanzador. Es muy curioso y hasta impactante el final de la novela, que lógicamente no os voy a contar, pero en el que el protagonista muestra otros sentimientos aparte de los que nos podríamos imaginar todos. De hecho, incluso en los peores momentos hay aspectos positivos, como el compañerismo que aparece entre los presos en determinados momentos, pero como digo, eso es algo que debéis descubrir con vuestra lectura. 

Como habéis ido viendo en estos años, y sin contar con todos los libros que había leído antes de comenzar a escribir en este blog, he leído muchos libros a lo largo de mi vida. La mayoría me han gustado en mayor o menor medida, pero lo realmente complicado es que un libro te marque. Pues bien, este es de esos libros que marcan para siempre. Destaca la sencillez del narrador, que utiliza un lenguaje claro, simple y directo aunque con un discurso muy bien construido para explicarnos su durísima experiencia, sin darse importancia y sin alimentar innecesariamente los momentos que más se prestarían al morbo. Y es que el narrador es muy importante, ya que nos introduce de tal forma en la historia que ya no podemos dejar de leer, al sentirnos dentro de ella; de hecho, he de reconocer que entre eso y que el libro tiene alrededor de 160 páginas me lo leí casi del tirón. 

Siempre he defendido el entretenimiento por sí mismo, y creo que es genial leer o ver películas solo por evasión, pero si encima tenemos la oportunidad de, al mismo tiempo que nos entretenemos con una gran obra, aprender algo de ella y conseguir que nos sea útil a nivel personal, habremos logrado algo que nos servirá para siempre, y creo que Sin destino es el mejor ejemplo de esto. A todos los que tengáis curiosidad por conocer más sobre nuestro pasado, a los que os guste analizar la mente humana y sus distintas aristas, o sencillamente, a quienes os guste conocer un testimonio de primera mano para ver qué hay de verdad en este tema en concreto, os recomiendo que no os perdáis este libro.

Espero que os haya gustado la recomendación de hoy. No me olvido de que os debo un comentario sobre un estupendo documental que os prometí hace dos o tres semanas, pero antes de redactarlo prefiero volver a verlo para tenerlo más fresco y poder escribir una entrada mejor. Un saludo para todos, nos vemos en unos días. 

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